Historia

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Revolución Industrial

La revolución industrial, se inicia en Gran Bretaña, país que tiene unas condiciones idóneas para ello: ha realizado la revolución agrícola, es un sistema parlamentario, tiene capitales, mano de obra, fuentes de energía, innovaciones mecánicas, ingenieros y transportes desarrollados.

La revolución industrial se va a dar en dos fases.

- La primera (primera revolución industrial) de mediados del siglo XVIII a mediados del XIX, caracterizada por el uso de la máquina de vapor y el carbón para mover las máquinas. Las principales industrias fueron la textil (lana y algodón), la minera (carbón) y la industria siderúrgica. El Ferrocarril y el barco a vapor fueron los medios de transporte característicos de esta etapa.

- La segunda (segunda revolución industrial) a finales del XIX y primera mitad del XX caracterizada por las nuevas fuentes de energía (petróleo y la electricidad) y por otras innovaciones. Las industrias de mayor desarrollo fueron la química, la eléctrica y la automovilística. Los nuevos medios de transporte y comunicación incluyeron el automóvil, el avión, el telégrafo y el teléfono entre otras.

Conocemos como revolución industrial a la aceleración de la producción que se inició en Inglaterra a finales del siglo XVIII y principios del XIX con la utilización de máquinas. 

La 1ª Revolución Industrial fue necesaria por la Revolución Agrícola, lo que implicó

- Transformaciones demográficas
- Innovaciones técnicas
- Expansión Comercial

1- Transformaciones demográficas

El comienzo de la transición demográfica es posible gracias al progreso coyuntural de las condiciones de vida de la población. Se mejora la alimentación gracias a los nuevos alimentos venidos de América, como la patata, el tomate y el maíz. Además, a esta mejoría de la alimentación se suma al sostenimiento de la tasa de natalidad, y como la mortalidad disminuye, debido al fin de las crisis de alimentación, a los avances médicos y al descenso de la morbilidad de las enfermedades contagiosas y las epidemias catastróficas, la población aumenta. Por otro lado, la fecundidad se adelanta, ya que los hombres y las mujeres no están sujetos a los ciclos de producción campesina y pueden casarse antes, al asegurarse los ingresos gracias al trabajo en la fábrica. Cambia el modelo de matrimonio europeo. Este aumento de la población supone su rejuvenecimiento.

2- Innovaciones técnicas

La sustitución de la fuerza humana y animal por la mecánica fue posible gracias a una serie de innovaciones técnicas que se extendieron por Inglaterra a lo largo del siglo XVIII. Los conceptos científicos en los que se basaban ya eran conocidos desde hacía siglos, hecho que contribuyó a que la Primera Revolución Industrial fuese relativamente simple desde el punto de vista técnico y su coste no excesivo.

Los principales campos en los que se produjeron las innovaciones técnicas fueron el de la energía (máquina vapor de Watt), el textil (hilado y tejido del algodón), la metalurgia (altos hornos. etc.) y, finalmente, los transportes (locomotora de Stephenson).

La incorporación de las máquinas a la producción sustituyó el trabajo manual y los tradicionales sistemas de fabricación por otros nuevos. El trabajo se trasladó desde los talleres artesanales con un reducido número de operarios a las fábricas, donde máquinas y obreros fueron agrupados en grandes concentraciones.

La división del trabajo derivó en un notable incremento de la productividad así como la disminución de los costes de fabricación, lo que redundó a su vez en la disminución de los precios y en el crecimiento del número de consumidores.

Máquina a vapor de James Watt
Máquina a vapor de James Watt
Locomotora a vapor de George Stephenson
Locomotora a vapor de George Stephenson

3- Expansión Comercial:

La consolidación de su mercado interno, intervino en ello el crecimiento de una población que incrementó la demanda de bienes, la mejora de los transportes y de las vías de comunicación (canales fluviales, carreteras y, más tarde, el ferrocarril), así como la supresión de barreras aduaneras interiores.

La expansión del mercado exterior, la ampliación y diversificación del comercio externo, impelido por la demanda de materias primas (algodón) y la exportación de productos industriales (tejidos); La ayuda de una potente marina, tanto mercante como militar; La posesión de un imperio colonial donde adquirir materias primas baratas y exportar la producción de sus fábricas.

Esta 1ª Revolución Industrial afectó a sectores de la Producción:

Durante la fase inicial del proceso de industrialización dos fueron los principales sectores afectados por los cambios: Textil y Siderúrgico.

a- El sector textil
La industria del algodón se erigió en la actividad líder de la Primera Revolución Industrial tras incorporar importantes innovaciones a los procesos de tejido e hilado. Desplazó en magnitud a la de la lana.

b- El sector siderúrgico
Jugó un papel menos relevante que el textil en los inicios de la industrialización. La industria del hierro estuvo muy vinculada con la minería del carbón. Fue este mineral (hulla, coque) el que sustituyó a la madera como combustible. Las industrias siderúrgicas se asentaron allí donde había minas de carbón. Mención especial merece el uso del ferrocarril como dinamizador del sector por la gran necesidad de metal para la fabricación de raíles, máquinas y vagones. Esa demanda se incrementará a lo largo del siglo XIX. 

4- Consecuencias sociales:

La Revolución Industrial intensificó la transición de la sociedad estamental a la sociedad de clases. La sociedad de clases El fenómeno de la industrialización, junto con las revoluciones políticas que se desarrollaron desde el último tercio del siglo XVIII (Estados Unidos, Francesa, 1848, etc.) destruyó la sociedad estamental. De sus cenizas surgió la sociedad capitalista de clases. Las antiguas clases dominantes, la aristocracia y el clero cedieron paso a un nuevo grupo dominante, la burguesía. Dueña de las fábricas, de los bancos, con gran capacidad de iniciativa e inversión, se superpuso a un creciente número de obreros industriales a los que sometió a explotación. Buena parte de la aristocracia se fusionó con la burguesía y se dedicó a los negocios. El campesinado siguió constituyendo en el siglo XIX una importante masa de trabajadores, sobre todo en aquellos donde la industrialización fue más débil y tardía. Su nivel de vida no mejoró sensiblemente con respecto al de sus antepasados y muchos de ellos se vieron obligados a emigrar a las ciudades. 

La burguesía

La burguesía existía desde la Edad Media. Designaba al grupo de personas que vivía en las ciudades dedicado fundamentalmente al comercio. Durante los siglos XVII y XVIII el comercio trasatlántico le permitió acumular gran cantidad de capital. Fue esa riqueza la que permitió a la burguesía inglesa invertir en negocios industriales de una manera creciente, rompiendo con ello el poder de los gremios artesanales que controlaban esa actividad. Los burgueses eran los dueños de las fábricas, de la maquinaria, de las materias primas y de de los productos manufacturados, del capital dinerario y de una importante parte de tierras agrícolas e inmuebles urbanos. Gozaban de una posición acomodada y su forma de vida contrastaba profundamente con la de los obreros, especialmente, la de la alta burguesía que fue acaparando cada vez más poder económico, político y social. La llamada pequeña burguesía (tenderos, pequeños empresarios, funcionarios, etc.) subsistió muchas veces a duras penas y en ocasiones (Revolución de 1848), se alió al proletariado en sus reivindicaciones. 

El proletariado 

La palabra proletario deriva de "Prole", es decir, familia, descendencia, su única posesión. Es otra forma de designar fundamentalmente a los obreros industriales que vivían en las ciudades. Su número fue incrementándose a medida que el proceso de industrialización eliminaba a la agricultura como elemento esencial de riqueza. En los inicios de la revolución industrial las condiciones de vida de los obreros fueron muy difíciles. Sometidos aextenuantes jornadas de trabajo en fábricas, sin condiciones de higiene y seguridad, percibiendo bajos salarios, carecían de derechos laborales y de seguros de jubilación o paro. Constantemente estaban expuestos a caer en la mendicidad. Vivían hacinados en barrios miserables junto a las fábricas y minas. Fueron discriminados salarialmente por razón de sexo y edad, siendo las mujeres y niños los peor remunerados. A lo largo del siglo XIX fueron organizándose en sindicatos y partidos políticos, tomaron conciencia de su situación y lograron mejorar sus condiciones de vida.

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